Por
Eduardo Jiménez
He
recibido a través de mi correo electrónico un mensaje bastante curioso y que he
titulado como: Futbol, incultura y nacionalismo catalán.
La
persona que me ha enviado, el artículo,
pide sea difundido, y manifiesta que esta escrito por D. Alfonso Usía.
Aunque no lo fuera lo suscribo plenamente y por eso paso a difundirlo
A modo de introducción
Que
fácil es la mentira en boca de quien lo tiene casi todo, y digo casi todo,
porque les falta educación y mucha formación, sobrándoles fama (que por suerte
o por desgracia) se pasa enseguida y mucha mala leche.
Lo
cual no sé porqué, cuando presumiendo de nacionalistas, están locos por jugar
con la selección española.
No está mal para difundir y hacer también un
poco de Memoria Histórica
Siempre con Vuestra Excelencia.
Alfonso Ussía
Hay desmemorias divertidas. O falta de información. O deseos
de olvido. El caso es que Piqué, gran futbolista del «Barça» y de la Selección
Nacional, se ha metido en terrenos que no domina y se ha desahogado con una
tontería.
Piqué, extraordinario jugador y hombre muy envidiado por haber
iluminado los vientos del amor que soplan en torno a la bellísima Shakira, ha
asegurado –textualmente – que «el Barça fue un bastión en la lucha contra el
franquismo», lo cual no se me antoja respetuoso con la verdad.
Lo que ha dicho Piqué viene
de órdenes de arriba, y no es responsable de emitir semejante memez.
Piqué no tiene edad para saber hasta qué punto el «Barça» fue
un club mimado por el franquismo, y beneficiado de un acuerdo del Consejo de
Ministros celebrado en el Pazo de Meirás en el verano de 1965 por el que se
facilitaba al gran club barcelonés toda suerte de ventajas para su expansión
social.
Un acuerdo ministerial que aprobó la recalificación de unos
terrenos para que el «Barça» pudiera culminar sus proyectos urbanísticos y
deportivos, y que no sólo consistió en tan generosa medida.
El Consejo de Ministros presidido por el Jefe del Estado, don
Francisco Franco, aprobó una subvención a fondo perdido y con cargo al Consejo
Nacional de Deportes de 43 millones de pesetas al Fútbol Club Barcelona.
Una cifra que en aquellos
tiempos superaba el rango de espectacular.
Previamente, el Fútbol Club Barcelona, con todos sus
directivos uniformados de elegante chaqué, fueron recibidos por el
Generalísimo, el cual aceptó encantado la concesión por parte del club catalán
de dos medallas de oro.
La segunda medalla de oro no
se le impuso al Jefe del Estado en los tiempos duros de la posguerra, sino el
28 de febrero de1974, cuando el general Franco y su régimen principiaban el
inexorable camino hacia su extinción.
Es decir, que el «Barça», como institución y ejemplar club
deportivo español, fue leal con el Jefe del Estado y el régimen franquista
hasta las postrimerías de sus respectivas existencias.
Unas semanas antes de la concesión de su segunda Medalla de
oro al Caudillo, el «Barça» había vapuleado por 0-5 al Real Madrid en el
Estadio Bernabéu, y su presidente de entonces, Agustín Montal, decidió
celebrarlo, con la aprobación de toda su Junta Directiva, concediendo al Jefe
del Estado tan importante galardón, aprovechando también el septuagésimo quinto
aniversario de la fundación del formidable y españolísimo Club de Fútbol
Barcelona.
A Franco, en presencia del ministro don José Utrera Molina y
del delegado nacional de Educación Física y Deportes, Juan Gich, le emocionó el
recuerdo que constituyó el argumento principal del discurso de adhesión de
Montal a la fundamental ayuda que en 1965 recibió el «Barça» del Gobierno de la
nación.
Gracias a esa inestimable ayuda, el «Barça» construyó el
«Palau Blau Grana» y el Palacio de Hielo. El Presidente de la Real Federación
Española de Fútbol era también catalán, como Juan Gich.
En la vida los rumbos se enderezan o se atraviesan, pero no se
queman.
Siempre queda alguien al cargo del archivo de la memoria y de
los recuerdos.
Cuando el «Barça» viajaba a Portugal, no acudía como el Real
Madrid a visitar al Conde de Barcelona, el Rey exiliado. Temía una reacción
negativa de Franco y de su Gobierno. Bernabéu, tan expresivo, respondió de esta
manera al elegante y caballeroso periodista deportivo «Gilera» cuando éste le
comentó, después de una visita a Don Juan, de la posible incomprensión de
Franco: «Me la refanfinfla».
El «Barça» es un grandísimo
club. Pero hay que explicarle a Piqué que de bastión antifranquista tuvo muy
poco. Más bien, nada. Mejor dicho, lo contrario.
Como
terminó Montal (Presidente del FCB) sus palabras,
«siempre con Vuestra Excelencia».
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