viernes, 14 de marzo de 2014

OMNIBUS: NADERÍA MARZO



Por Eduardo Jiménez Marqués
Hay un viejo refrán en Aragón que dice:
O maestro cuarenteno; o medico, viejo; o cura choven; o boticario cocho; l´alcalde rico; y o secretario, tonto
Esto nos indica que, queremos un maestro que sepa enseñar y que tenga energías, es decir joven para tratar con los niños y adolescentes.
Un médico con experiencia y que escuche y conozca a los pacientes,
Un cura joven que viva la actualidad
Un boticario que este en su farmacia
Un alcalde rico para que no tenga necesidad de robar
Y un secretario que fiscalice y que no se apodere de los bienes comunales.
¿Qué pasa en la actualidad?
Desaparecen los maestros, los médicos y los curas y los alcaldes no son ricos y el secretario no se sabe donde esta.
Eso hace que los pueblos, languidecen y mueren lentamente, en una pescadilla que se muerde la cola, no hay servicios porque no hay población y no hay población porque no hay servicios ni modo de ganarse el “pan”
Los que quedan vivos tienen tal deuda acumulada por la mala gestión de sus políticos “no ricos” si no hombres y mujeres de la partitocracia, que consideran que “el bien común, comienza por uno mismo.”
Una vez posicionados estos políticos se van a vivir a la ciudad o capital de provincia, aunque sigan siendo los alcaldes del pueblo u otros cargos. Pero en la capital es más fácil el medrar y crecer en el Partido, a pesar de la fiereza de los “compañeros” de partido.
Los municipios aragoneses están en ruina, con deudas que no se podrán pagar, en muchas generaciones de aragoneses trabajando de Sol a Sol.
Esta situación no preocupa a la clase política, que en vez de gestionar la situación de crisis ética y económica, se dedican a crujir de impuestos a los ciudadanos, empresas y cualquier cosa susceptible de pagar, en vez de, tratar de ahorrar en sus dispendios, dietas, sueldazos, y demás prebendas de la clase política.
La administración en Aragón es un monstruo que fagocita a los aragoneses “de pro”, solo sirve a la clase o casta dirigente.
Nuestra administración es un dinosaurio que necesita millones y millones de euros para poder moverse, esta formada por un Gobierno de Aragón, unas Cortés (innecesarias ya que es mejor seguir la legislación de la UE), un Justicia (que nadie sabe para que sirve), Diputaciones provinciales (residuo de la época de Franco), una Delegación del Gobierno (otro residuo), Unas Comarcas (refugio de amigos de partido), unas mancomunidades, unos municipios, junto a un montón de empresas y “chiringuitos” montadas para dar ocupación y buenos dineros a los amigotes.
Y por último una legión de empresarios, asociaciones, ONG, y demás chupópteros que viven de la subvención, empezando por los medios de comunicación, pasando por los agentes sociales y demás especies de la fauna político-administrativa, que hablan mucho pero que para nada sirven al pueblo aragonés, que sigue con los mismos problemas de supervivencia.

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