martes, 8 de enero de 2013

OPINIÓN: LA MANIPULACIÓN HISTÓRICA



Por Eduardo Jiménez Marqués
Durante diecisiete años he sido Profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y siempre me ha sorprendido la gran incultura existente entre los Universitarios y en la sociedad Catalana, en general, en todos los aspectos históricos referentes al Reino de Aragón  o la denominada Corona Aragonesa.
Es frecuente, en la CCAA de Cataluña, el oír conceptos tales como: Corona catalano aragonesa, Confederación catalano aragonesa, Reino de Cataluña, Reyes de Cataluña y otras muestras de falta de conocimiento y cultura histórica así como del más mínimo rigor científico, que lo único que intentan es el proyectar ideas nacionalistas del momento actual en el pasado.
¿Existió alguna vez la Corona catalano-aragonesa?
Rotundamente podemos afirmar que jamás existió, a pesar de los actuales pseudo intelectuales catalanes.
José Luis Corral[1], manifiesta:
“La Historia es una materia propicia para la manipulación. Hasta el siglo XIX las crónicas, anales e historias del pasado se escribieron al dictado de quien las encargaba, que solían ser emperadores, reyes papas u obispos, interesados en que la memoria del pasado no fuera otra cosa que la justificación de sus intereses presentes.”
En este sentido la Historia de la Corona de Aragón es un claro ejemplo de ello.
Las nuevas generaciones estudian textos escritos, siguiendo intereses políticos que distorsionan  los hechos históricos, es decir se proyecta una idea política del presente en el pasado, aunque para ello se deba falsear el pasado adulterándolo hasta el mayor de los ridículos.
Estos falsos eruditos e “intelectualoides”, del tres al cuarto, se han formado en la lectura de Orwell en su obra 1984, en la que nos describe, como, el poder, manipula la memoria histórica, en base a las necesidades del momento presente y con el fundamento de la incultura del pueblo al que se dirige, para manipularlo en su historia pasada, aunque para ello se deba falsear el pasado, adulterándolo hasta el mayor de los ridículos.
¿Cuál es el origen de esta  falacia o ficción histórica?
El origen lo podemos situar en la Europa Romántica de mediados del siglo XIX.
En Barcelona aparece un movimiento político y cultural, que se denomina “La Renaixença” que interpretó la historia de acuerdo con “su presente” no dudando en cambiar la historia a base de alterar definiciones y de imaginar símbolos y espacios que jamás existieron.
 

[1] Profesor de Historia en la Universidad de Zaragoza y escritor

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