Por Eduardo Jiménez Marqués
Durante diecisiete años he sido Profesor de la Universidad Autónoma
de Barcelona (UAB) y siempre me ha sorprendido la gran incultura existente
entre los Universitarios y en la sociedad Catalana, en general, en todos los
aspectos históricos referentes al Reino de Aragón o la denominada Corona Aragonesa.
Es frecuente, en la
CCAA de Cataluña, el oír conceptos tales como: Corona
catalano aragonesa, Confederación catalano aragonesa, Reino de Cataluña, Reyes
de Cataluña y otras muestras de falta de conocimiento y cultura histórica así
como del más mínimo rigor científico, que lo único que intentan es el proyectar
ideas nacionalistas del momento actual en el pasado.
¿Existió alguna vez la Corona catalano-aragonesa?
Rotundamente podemos afirmar que jamás existió, a pesar de los actuales pseudo intelectuales
catalanes.
José Luis Corral[1],
manifiesta:
“La Historia es una materia
propicia para la manipulación. Hasta el siglo XIX las crónicas, anales e
historias del pasado se escribieron al dictado de quien las encargaba, que
solían ser emperadores, reyes papas u obispos, interesados en que la memoria
del pasado no fuera otra cosa que la justificación de sus intereses presentes.”
En este sentido la Historia de la Corona de Aragón es un claro ejemplo de ello.
Las nuevas generaciones estudian textos escritos, siguiendo
intereses políticos que distorsionan los
hechos históricos, es decir se proyecta una idea política del presente en el pasado,
aunque para ello se deba falsear el pasado adulterándolo hasta el mayor de los
ridículos.
Estos falsos eruditos e “intelectualoides”, del tres al
cuarto, se han formado en la lectura de Orwell en su obra 1984, en la que nos
describe, como, el poder, manipula la memoria histórica, en base a las
necesidades del momento presente y con el fundamento de la incultura del pueblo
al que se dirige, para manipularlo en su historia pasada, aunque para ello se
deba falsear el pasado, adulterándolo hasta el mayor de los ridículos.
¿Cuál es el origen de
esta falacia o ficción histórica?
El origen lo podemos situar en la Europa Romántica de mediados
del siglo XIX.
En Barcelona aparece un movimiento político y cultural, que
se denomina “La Renaixença”
que interpretó la historia de acuerdo con “su presente” no dudando en cambiar
la historia a base de alterar definiciones y de imaginar símbolos y espacios
que jamás existieron.
[1] Profesor de Historia en la
Universidad de Zaragoza y escritor
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