sábado, 26 de octubre de 2013

DENUNCIA: ¿MENTIRA O INCULTURA?



Por Eduardo Jiménez Marqués
 Mentiras Catalanas o la manipulación histórica
Tenemos un claro ejemplo en el siguiente folleto turístico de una operadora catalana
El texto es el siguiente:
El imperio en el Mediterráneo y el descubrimiento de América
Descubriremos la Basílica de Santa María del Mar, construida por el pueblo y para el pueblo a principios del siglo XIV.
Pasearemos por las calles, murallas y palacios alrededor de la antigua judería, y visitaremos la Catedral de Barcelona, museos medievales...
Entraremos en el archivo de la Corona de Cataluña y Aragón, desde la plaza que fue residencia de reyes catalanes. Y conoceremos las calles gremiales más entrañables de la Barcelona de la Edad Media.
Nuestra figura central será la del marinero catalán, miembro de la realeza catalana, el Almirante Cristóbal Colón.
Disfrutaremos de las Tarazanas reales del puerto de Barcelona, desde donde se construyeron las naves que descubrieron América, y que hoy en día es un museo.
Pisaremos la casa de los Colón en la ciudad, y sentiremos el Mediterráneo a tocar del Paseo Marítimo de la ciudad.
Una comida fantástica hará de cierre en esta inmersión en la historia medieval catalana.

martes, 22 de octubre de 2013

HISTORIA: CATALUÑA ERRE QUE ERRE



Los pueblos que no conocen su Historia están condenados a repetirla
Cataluña y la historia siempre repetitiva
La sublevación de los Condados de lo que hoy conocemos como Cataluña  ocurre en el reinado de Juan II  Rey de Aragón y Conde de Barcelona
Al acceder Juan II al Trono de Aragón en el 1458, el enfrentamiento familiar se convirtió inesperadamente, al menos para Carlos Príncipe de Viana, (hijo de Juan II de Aragon y Dª Blanca de Navarra), que nunca debió entender realmente la situación, es el antecedente inmediato de la denominada “ revolución catalana “  que se gesta en el año de 1460, cuando Carlos de Viana es obligado a volver de Sicilia y, nombrado lugarteniente general de Cataluña, es encarcelado por su progenitor en Lérida.
En el reino de Navarra la ruptura y el enfrentamiento de padre e hijo se produjo en el 1450, aunque llevaba consigo raíces más profundas al convertir la pugna entre habitantes de la Montaña y del Llano, beamonteses y agramonteses, en verdadera lucha política y guerra civil, en la que los beamonteses apoyaban a Carlos y los agramonteses a Juan II. Esta guerra civil navarra acabó, tras diversas alternativas, cuando en el 1455 Juan II desheredó a Carlos de Viana y proclamó Reina de Navarra a su segunda hija, Leonor, desposada con el Conde Gastón de Foix. Carlos de Viana tuvo que buscar refugio en la Corte Napolitana de su tío Alfonso el Magnánimo y de ahí pasar a la Isla de Sicilia.
En los condados catalanes la situación de enfrentamiento al Rey Juan II de Aragón respondía a factores más profundos que se arrastraban, al menos, desde finales de la centuria anterior.
Los factores principales fueron:  la crisis institucional y económica de  los Condados catalanes, especialmente el de Barcelona, el descontento de los payeses de remensa y la política filocampesina que había practicado la Monarquía, la crisis municipal de Barcelona y el enfrentamiento entre la concepción más tendente al poder del gobierno y la práctica pactista tradicional de la Generalitat y el patriciado, que procuraban limitar los posibles abusos de poder de la autoridad real no sin también más de uno aprovecharse de este pactismo foral
Antes de comenzar la revuelta catalana contra su Rey por parte de la nobleza y burguesía catalana, cada parte fue reagrupando sus aliados. Juan II se apoyó en los “buscaires y remensas” que, a comienzos del 1462, se sublevaron en las comarcas gerundenses También obtuvo la alianza de Luis XI de Francia, a quien, a cambio de la ayuda militar, cedía en hipoteca los Condados del Rosellón y la Cerdaña.
Los pactistas de Barcelona y la mayor parte de la nobleza y el clero se agruparon en el Consell del Principat, creado en las Cortes de Lérida del 1460 como representación estamental reducida de la Generalitat y tras eliminar a los “buscaires” del gobierno de la ciudad, organizó una armada para reprimir el levantamiento “remensa” en la comarca gerundense.
La situación se fue agravando y el conflicto se internacionalizó con la entrada de Juan II en Cataluña junto a los franceses. Al poner aquél sitio a la antigua Barcino, los rebeldes respondieron destituyendo al Rey. Cualquier intento de mediación, como el realizado por el Consell Valencià, resultó inútil.
En los años siguientes, la Generalitat catalana fue ofreciendo el poder del Principado Catalán a diversos candidatos:
Primero, a Enrique IV de Castilla y León, quien aceptó la oferta y obtuvo, al mismo tiempo, el apoyo de los beamonteses navarros. Las luchas nobiliarias castellanas condicionaron a Enrique IV a aceptar la paz, propuesta por Luis XI, como árbitro, en la Sentencia de Bayona, y renunciar a los condados-
Los sublevados catalanes acudieron entonces al Condestable Pedro de Portugal, que gobernó como Príncipe entre el 1464 y el 1466.
Los éxitos militares y los avances políticos de los realistas, a los que se añadían muchos desertores del bando sublevado, eran manifiestos y acometían actuaciones como: organización de una Diputación del General Realista en Tarragona y ocupación de Tortosa ( 1466 ).
Todavía, la Generalitat y el Consell del Principat se negaron a aceptar la paz y eligieron como Príncipe a Renato de Anjou, Duque de la Provenza, representante del linaje que más había combatido al Reino Aragonés en el Mediterráneo, quien consiguió mantenerse varios años, gracias al apoyo militar francés, en medio de fracasos y dificultades crecientes….
Pero la guerra ya se hallaba perdida, con una circunstancia nueva de grandes consecuencias. Juan II había casado a su hijo Fernando II el Católico con la princesa castellano-leonesa Isabel en el año 1469.
En el 1472, Juan II acababa tomando Barcelona y, aunque no logró recuperar el Rosellón, ponía fin a la guerra.
En Octubre de ese año  1472 se firmó la Capitulación de Pedralbes, en la que se anulaban todas las conquistas de los altos estamentos contenidas en la Capitulación de Villafranca del Panadés.
En lo demás, Juan II fue generoso, ta que concedió el perdón general, para evitar las divisiones entre vencedores y vencidos, liberación de prisioneros, sobreseimiento de causas judiciales, devolución de bienes confiscados durante la contienda y continuación del sistema pactista anterior a la revuelta.
El sistema foral no se veía alterado sustancialmente, pero Cataluña salía de la pelea desgastada y hundida. La crisis económica y las pérdidas materiales y demográficas no podían llegar más bajo, el conflicto entre señores y campesinos “remensas” se mantenía sin encontrar solución satisfactoria y los Condados del Rosellón y la Cerdaña continuaban retenidos por Luis XI de Francia.
En el 1479 fallecía Juan II dejando la Corona Aragonesa a su hijo, Fernando II de Aragón, quien desde hacía cinco años, era también rey consorte de León y Castilla.
La revuelta catalana, también conocida como guerra civil duró una década del año 1462 al 1472.

domingo, 20 de octubre de 2013

INTERNET: ESPAÑOL PARA POLÍTICOS Y ASIMILADOS

Cada día hablamos y escribimos peor.


Es siempre bueno aprender de qué y cómo estamos hablando.
Cada día nuestros “sabihondos políticos”  y asimilados, hacen un peor uso del Idioma Español, debe ser por un falto de educación, o por un falso progresismo, o quizás su falta de preparación para el puesto que ocupan, o a lo mejor por el conjunto de las tres cosas.
Veamos algunas reglas que se faltan asiduamente y más por los “intelectualoides progres de la mal llamada izquierda”
Regla ortográfica
En español, el plural en masculino implica ambos géneros. Así que al dirigirse al público NO es necesario ni correcto decir: “ Españoles y españolas”, "mexicanos y mexicanas", "compañeros y compañeras", "hermanos y hermanas", “Jueces y juezas”
Decir ambos géneros es correcto, SOLO cuando el masculino y el femenino son palabras diferentes, por ejemplo: "mujeres y hombres", "toros y vacas", "damas y caballeros", etc.
Curiosidades gramaticales del idioma español
El vocablo RECONOCER se lee lo mismo de izquierda a derecha que viceversa.
En el término CENTRIFUGADOS todas las letras son diferentes, es decir, ninguna se repite.
En ARISTOCRÁTICOS, cada letra aparece dos veces.
En la palabra BARRABRAVA, una letra aparece una sola vez, otra aparece dos veces, otra tres veces y la cuarta cuatro veces.
El vocablo CINCO tiene a su vez cinco letras, coincidencia que no se registra en ningún otro número.
El término CORRECCIÓN tiene dos letras dobles...
Las palabras ECUATORIANOS Y AERONÁUTICOS poseen las mismas letras, pero en diferente orden.
Con 23 letras, se ha establecido que la palabra ELECTROENCEFALOGRAFISTA es la más extensa de todas las aprobadas por la Real Academia Española de la Lengua.
El término ESTUVE contiene cuatro letras consecutivas por orden alfabético: stuv.
Con nueve letras, MENSTRUAL es el vocablo más largo con solo dos sílabas.
MIL es el único número que no tiene ni o ni e.
La palabra PEDIGÜEÑERÍA tiene los cuatro firuletes que un término puede tener en nuestro idioma: la virgulilla de la ñ, la diéresis sobre la ü, la tilde del acento y el punto sobre la i.
La palabra EUFORIA tiene las cinco vocales y sólo dos consonantes...
Entre los matices que distinguen a la lengua española figuran en un sitio relevante las curiosidades. Pongo de muestra un caso de acentuación. Aquí se trata de una oración en la cual todas sus palabras - nueve en total - llevan tilde. Ahí les va:
«Tomás pidió públicamente perdón, disculpándose después muchísimo más íntimamente».
A lo mejor una construcción forzada, pero no deja de ser interesante.
La palabra OÍA tiene tres sílabas en tres letras.
El término ARTE es masculino en singular y femenino en plural.
En español existen los participios activos como derivados verbales: Como por ejemplo, el participio activo del verbo atacar, es atacante; el de sufrir, es sufriente; el de cantar, es cantante; el de existir, existente; etc.
¿Cuál es el participio activo del verbo ser?: El participio activo del verbo ser, es "ente". El que es, es el ente. Tiene entidad. Por esta razón, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega la terminación 'ente'.
Por lo tanto, a la persona que preside, se le dice presidente, no presidenta, independientemente de su género.
Se dice capilla ardiente, no ardienta. Se dice estudiante, no estudianta. Se dice adolescente, no adolescenta. Se dice paciente, no pacienta. Se dice comerciante, no comercianta. Se dice cliente, no clienta.

sábado, 19 de octubre de 2013

INTERNET: CATALUÑA Y LA ARMADA ESPAÑOLA

Por Eduardo Jiménez
Acabo de leer el excelente artículo del genial Antonio Burgos, acerca del President Arturo Mas , CIU y el puerto de Barcelona, en su comportamiento con la Armada Española, en mi opinión lo que está pasando en la Corte del mesias/Rey Arturo y sus caballeros es una falta de "pitera" por parte del Gobierno y del resto de los españoles.
Sin más preambulos paso a exponer el artículo en cuestión


 Antonio Burgos
 MÁS BOMBAS SEÑOR MAS.
  Cádiz es una mujer que cada día está más joven. No pasan los miles de años por ella. Ahora ha atrasado el reloj doscientos años. Se le había recién acabado la celebración del Bicentenario de La Pepa, y como se sentía guapa con su disfraz de Lola la Piconera y con la obertura "1812" de Tchaikovsky metida en el popurrí al compás del tres por cuatro, ha decidido continuar celebrando aquellos fastos, gracias a "Convergencia y Unión y la leche que mamó" (cuarteto).

Cádiz, señores, para que se enteren, ha vuelto a ser Cuna de la Libertad. De la libertad de los españoles frente a los separatistas catalanes que no quieren serlo.

-- Pó peó pá ellos y mejón pá Cai...

Cádiz ha vuelto a ser, como tras la invasión de los franceses en 1808, el reducto de la libertad, de la Constitución y de la soberanía nacional. Esta vez no ha hecho falta que la Junta Suprema se traslade allí desde Sevilla. Esta vez se ha trasladado allí nada menos que la propia esencia de España, representada en su bandera nacional; en la Armada de "en Lepanto la Victoria y la muerte en Trafalgar"; y en la propia Institución de la Corona que simboliza todos estos valores, encarnada en Su Majestad La Reina Doña Sofía. Y de mantilla.

Leerían ayer en la portada de ABC: "Cádiz acoge el homenaje a la Armada que despreció CiU".

Entristece esta España en la que tras la bajada de pantalones de Zapatero con los catalanes y su Estatuto, y ahora, ante el don tancredismo del Gobierno de Rajoy, que a pesar de que le dimos la mayoría absoluta para que pusiera los escaños sobre la mesa va de Belinda con el separatismo en plena sedición.

Por menos, la II República les mandó al Ejército. Y vemos, ay, como lo más normal del mundo que una ciudad que no quiere ser España se niegue a recibir a la Armada, para que la Reina entregue nuestra gloriosa Bandera a su nuevo buque insignia, el "Juan Carlos I". Me alegra por Cádiz, pero España cada vez me da más penita. Y no estoy hablando de sus Fuerzas Armadas. Si los españoles estamos tragando, ¡anda que los militares, los marinos y los aviadores no están teniendo que tragar ná, disciplinadamente! ¿Usted cree que es de recibo que nada menos que la Armada, la que tiene como Almirante supremo al Rey de Todos los Españoles, ande por ahí mendigando a las ciudades que le dejen su puerto? ¿Es que Barcelona es acaso un puerto extranjero, donde la Armada ha de pedir permiso de atraque?

--- ¿Me deja usted que atraque el buque un momento en el muelle para la entrega de la bandera? Aunque sea en doble fila, un ratito de nada y nos vamos...

-- Esa bandera, ¿es la estelada?

-- No, es la gloriosa bandera de España. Pero es llegar la Reina, bendecirla el vicario, recogerla el comandante rodilla izquierda en tierra, izarla, tocarle la Marcha Real y ya está. Zarpamos inmediatamente, no se preocupe, antes de que pasen las dos horas de la zona azul...

¿Por qué le hemos de pedir vergonzantemente permiso a los separatistas de CiU para ir a España? ¿Es que aquello es como Gibraltar? Si hay que hacer el acto en Barcelona, como se hizo siempre, se hace y punto. Para eso están tres cosas que se están perdiendo: la autoridad del Gobierno, la legitimidad del Estado de Derecho y el orgullo de España. Pero, nada, la Libertad tuvo que recluirse en su Cuna. Con las bombas de los fanfarrones se hacían las gaditanas tirabuzones. Con las bajadas de pantalones del Gobierno ante el separatismo hace Cádiz nada menos que España. Como en el viejo tango ("Al grito de Viva España, desde los muros de está ciudad"), así ahora: «Dotación, ¡Viva España!». Más bombas, señor Mas, que Cádiz está orgullosa de estas convidás a Patria que recibe cuando usted las desprecia. Y hasta como plato de segunda mesa está muy honrada con seguir siendo España.
Imagen: Google

jueves, 17 de octubre de 2013

HISTORIA: MEDINA ALBAIDA



ZARAGOZA
Una vez conquistada por los musulmanes la ciudad de Cesaracosta,  transformada con el tiempo en Saracusta, sólo unos pocos nobles visigodos y clérigos huyeron de la ciudad hacia las montañas del norte. Los demás se quedaron, pues los musulmanes no eran enemigos exterminadores, y seguramente pensaron que se viviría peor huyendo que aceptando su autoridad.
Los musulmanes en su mayor parte procedían del sur de Arabia (yemeníes), otros provenían del norte (qaysíes), algunos vinieron más tarde de Siria, y otros, los bereberes, habían sido convertidos y arrastrados por la incontenible expansión del Islam desde el norte de África.
Hablaban árabe, una lengua extraña, y escribían con un alfabeto todavía más extraño, pero en tres años algunos de ellos ya se hacían entender.
Estos nuevos señores no obligaron a nadie convertirse al Islam. Los que continuaron fieles a su fe fueron agrupados en dos barrios; los judíos en el ángulo suroriental de la ciudad, en el llamado Castillo de los judíos (Coso Bajo, zona de San Carlos en la actualidad).y los cristianos o mozárabes en torno a la iglesia de Santa María junto al tramo central de la muralla que da al río (El Pilar).
Éstos los no musulmanes, tenían que pagar unos impuestos que ponían a prueba su fe, de tal manera que muchos hispano-godos se convirtieron a la religión islámica por interés. Estos nuevos musulmanes fueron llamados muladíes, cambiaron sus nombres y sus costumbres para poder seguir viviendo como lo habían hecho hasta ese momento.
Por lo demás la ciudad romana con sus siete siglos de existencia impuso su plan urbanístico ortogonal al concepto musulmán, que no parte de la idea de un todo planificado, sino de la suma de espacios particulares que modelan caprichosamente la medina. (Parte de la ciudad protegida y defendida por murallas)
De esta forma surgió la Medina Albaida (la ciudad blanca) de Saraqusta que
Se construyo por encima de los restos arruinados de la Caesaraugusta romana y visigoda.
Esto explica la visión un tanto fantástica que de ella da el geógrafo al-Zuhri:
"Su muralla es de piedra blanca, de bloques escuadrados y machihembrados. Por su parte exterior se eleva a cuarenta codos, más o menos, pero por el interior se halla al mismo nivel de las calles y vías, sobresaliendo como mucho cinco codos. Todas sus casas destacan por encima de sus mural/as."
El geógrafo árabe Mahamed-al-Edrisi en su obra la descripción de  Zaracusta también llamada Almedina Albaida (la ciudad blanca), porque la mayor parte de sus casas están revestidas de yeso o cal. Una de sus particularidades más notables es que allí nunca se ven serpientes. Cuando un reptil de esta clase se le transporta de y se le introduce en la ciudad, muere
También algunos autores lo extienden a otros animales venenosos (escorpiones)
Este efecto talismán se atribuye a una variedad de sal gema contenida en algunos palacios.

Fuentes: CAI, Ayuntamiento de Zaragoza, Joaquín Lostal, Arturo Ansón y José Ramón Marcuello.

domingo, 13 de octubre de 2013

HISTORIA: SAN EDUARDO

Por Eduardo Jiménez Marqués
El 13 de Octubre se celebra la onomástica de San Eduardo. Mas exactamente S. Eduardo el Confesor.
Es un nombre de origen Germánico. Ejercito glorioso. Guardián de tesoros.

Es uno de los pocos nombres ingleses que ha tenido una difusión universal. Proviene de ead, "riqueza, propiedad", y ward, "guardián". Es "el guardián de la riqueza", aquel que es defensor de la propiedad.
Su difusión se produjo gracias al rey Enrique III, muy devoto de San Eduardo, rey martir del siglo X, que bautizó con este nombre a uno de sus hijos; Eduardo I rey de Inglaterra. Su hipocorístico es Lalo.
Veamos algunos aspectos de su vida.
Eduardo el Confesor fue el rey de Inglaterra entre 1042 y 1066. Fue el primero de los reyes en protagonizar la efímera restauración de la Casa de Wessex, dinastía sajona en Inglaterra, comprendida entre la Dinastía danesa de 1016-1042 y la conquista de Inglaterra por Guillermo de Normandía.
A pesar de ser el tercer rey sajón con el nombre de Eduardo, este monarca no posee la tradicional numeración latina, usada en Inglaterra para los reyes posteriores a la conquista normanda de 1066.
Se le conoce como Eduardo el Confesor o San Eduardo el Confesor porque fue canonizado como recompensa a su apoyo a la Iglesia Católica durante su reinado.
Eduardo nació en Islip, Oxfordshire, en el mes de marzo de 1005, siendo el primogénito varón de los tres hijos nacidos del segundo matrimonio del rey Etelredo II el Indeciso con Emma de Normandía, hermana del duque Ricardo II. Este parentesco con la casa de Normandía sería el principal impulsor de la futura invasión de Guillermo.
En la época de su nacimiento, Inglaterra era un estado parcialmente subordinado a los reyes de Dinamarca y era saqueada con regularidad por los vikingos. Etelredo trató de disminuir los saqueos acordando tributos con los monarcas escandinavos, pero le sirvió de poco. Cuando Sven I se hartó del dinero, comenzó a ambicionar las tierras de Inglaterra y decidió anexionarlas a sus dominios invadiendo el reino y tomando la capital, Londres, a finales de 1013; pero Etelredo, su mujer y sus tres hijos, Godgifa, Eduardo y Alfredo, consiguieron escapar y partieron al exilio en Normandía.
La muerte de Sven cinco semanas después (5 de febrero de 1014) hizo que Etelredo lograra recuperar el trono hasta su muerte (23 de abril de 1016). Eduardo pasaría los siguientes 27 años de su vida en su exilio de Normandía, donde se educaría ajeno prácticamente a cualquier influencia anglosajona. Esta fuerte influencia normanda y cristiana se manifestaría fuertemente durante su reinado posterior.
A la muerte de Etelredo II, el 23 de abril de 1016, Emma volvió a Inglaterra y se casó con el invasor Canuto II de Dinamarca (2 de julio de 1017), con el que tuvo dos hijos.
Alfredo y Eduardo seguían en el exilio, pero el hecho de que su madre volviese a ser reina de Inglaterra ya les daba cierta posibilidad de heredar el gobierno del país.
A la muerte de Canuto en 1035, los dos hermanos partieron a Inglaterra para luchar por el trono contra Haroldo Harefoot, hijo bastardo de Canuto, que además había usurpado el trono de Inglaterra dado por el difunto rey a otro hijo suyo, Canuto Hardeknut fruto de su matrimonio con Emma, y por tanto, hermanastro de Eduardo.
La guerra duró unos meses, durante los cuales Alfredo fue capturado y ejecutado por Haroldo (5 de febrero de 1037) y Eduardo tuvo que huir de nuevo a Normandía.
Haroldo murió en 1040 y Hardeknut, que ya gobernaba en Dinamarca desde hacía cinco años, pudo recuperar el control de Inglaterra. Sin embargo, se mostró poco interesado por éste y llevó a cabo una política impopular, dejando la regencia del país en manos de su madre y el influyente conde sajón de Wessex, Godwin. Las influencias de éste y la reina madre -en contra de sus propios sentimientos, pues Emma nunca tuvo afecto maternal hacia los hijos que tuvo con Etelredo II- fueron las principales causas de que en 1041, el propio Canuto Hardeknut invitase a Eduardo a instalarse en Inglaterra, al que nombró su corregente en este reino.
Ya como Rey de Inglaterra el gobierno de Eduardo fue considerablemente popular.
De acuerdo con la Crónica Anglosajona, cuando Hardeknut murió el 8 de junio de 1042, "después de que fuese enterrado, todo el pueblo eligió a Eduardo como rey en Londres". La elección popular fue ratificada por el Witenagemot, la asamblea de nobles sajones, y la coronación definitiva de Eduardo se produjo el 3 de abril de 1043 en la Catedral de Winchester.
En todo momento, Eduardo trató de mantener la paz sobre un reino maltrecho por las constantes invasiones y guerras internas. Para ello recurrió nuevamente a Godwin, quien, para poder mantener bajo control al rey, concierta el casamiento entre Eduardo y su hija mayor, Edith, efectuado el 23 de enero de 1045.
Además del conde de Wessex, Eduardo trató de granjearse el apoyo de Leofric, conde de Mercia, y Siward, conde de Northumbria. Sin embargo, cometió la torpeza de favorecer cada vez más a los nobles que había traído de Normandía, lo que levantó suspicacias entre los de origen sajón y danés. La gota que colmó el vaso fue la elección del normando Roberto de Jumieges, obispo de Londres, como nuevo arzobispo de Canterbury, en lugar del hombre sugerido por Godwin. Esto llevó a un duro enfrentamiento entre yerno y suegro que se agravó en 1051 cuando el conde Eustaquio II de Boulogne, de visita en Inglaterra, se involucró en una pelea en la ciudad de Dover. Godwin, que ejercía la autoridad sobre la zona, se negó a castigar a los atacantes de Eustaquio y fue obligado a exiliarse en septiembre de ese mismo año.
Su popularidad y diversas presiones desde todos los ámbitos forzaron finalmente a que Eduardo diera su brazo a torcer y le restituyera sus tierras y títulos al año siguiente, además de retirar a algunos de sus consejeros normandos. Godwin murió en 1053 y dejó sus posesiones a su hijo Haroldo, que uniéndolas a las suyas se convirtió en un noble aún más poderoso que su padre, y prácticamente en el segundo hombre del reino por detrás del propio rey.
El otro hijo de Godwin, Tostig, consiguió el gobierno de Northumbria en 1055 y se convirtió rápidamente en uno de los favoritos del rey, pero su tiránico gobierno sobre sus siervos condujo a que Eduardo lo desposeyera de sus tierras y le obligara a exiliarse en 1065.
Harold, en cambio, mantuvo siempre buenas relaciones con Eduardo.
En 1063 Eduardo le encomendó el mando del ejército y llevó a cabo la única acción militar de su reinado, la guerra contra los últimos reinos galeses independientes, que fueron incorporados a Inglaterra al final de la campaña. El poder de Harol aumentó hasta convertirle prácticamente en el sucesor de facto del reino, y el propio Eduardo lo recomendó activamente ante el Witenagemot.
Dado que el rey no tenía hijos nunca consumó su matrimonio, al parecer debido a un antiguo voto de castidad, y su único sobrino, Eduardo el Exiliado, había muerto en 1057, su cuñado Harold era el heredero con más posibilidades.
Eduardo murió en el palacio de Westminster, el 5 de enero de 1066, antes de poder consagrar la Abadía de Westminster que él mismo había mandado construir. Harold o Haroldo fue elegido inmediatamente como nuevo rey de Inglaterra.
Sin embargo, hubo varios aspirantes más al trono que decidieron reclamarlo a la muerte de Eduardo. El recién coronado Haroldo tuvo que hacer frente a dos invasiones, la de Harald III de Dinamarca y Noruega por el norte, al que derrotó y mató cerca de York, y la de Guillermo de Normandía desde el sur, a quien su primo Eduardo le había prometido el trono en una ocasión, durante su exilio juvenil.
Guillermo derrotó a las fuerzas sajonas en la Batalla de Hastings, en la que murió el propio Haroldo, y consiguió la corona sin mayores problemas, poniendo fin a la dinastía sajona en Inglaterra e iniciando la normanda.
Desde el punto de vista histórico, el reinado de Eduardo supone una transición entre la Alta Edad Media inglesa y el gobierno de los normandos posterior a 1066. Durante su mandato, los grandes condados creados por los invasores daneses (Northumbria, Mercia, Wessex y Danelaw) ganaron en poder y autonomía, sirviendo de preludio al posterior sistema feudal y la Iglesia de Roma aumentó considerablemente su influencia en Gran Bretaña, si bien Eduardo no llegó a instaurar el cristianismo como religión única y oficial en su reino.
Los primeros impulsos en pro de la canonización de Eduardo el Confesor se tomaron bajo el reinado de Enrique II de Inglaterra, que unía en su persona las casas reales sajona y normanda. Bajo el amparo de Enrique, el Prior Osberto de Clare inició una campaña de difusión de la imagen de Eduardo como un hombre santo, adjudicándole todo tipo de milagros, entre los que destacaban las sanaciones de enfermos mediante la imposición de manos. El Papa Alejandro III ofició la canonización del antiguo rey en 1161, ceremonia en Roma a la que asistió el propio Osberto.
En 1163 se trasladaron los restos del rey santo a la Abadía de Westminster en medio de una solemne ceremonia oficiada por el arzobispo Thomas Becket.
En aquella época, los santos se dividían en dos clases: "mártires", si morían de muerte violenta, y "confesores" si lo hacían de muerte natural.
Por esta razón, el rey Eduardo es conocido desde entonces bajo el nombre de Eduardo el Confesor.
Posteriormente, la Iglesia Católica lo nombró Santo Patrón de los reyes, matrimonios problemáticos y mujeres separadas.
Hasta 1348 fue también el Patrón de Inglaterra, año en que fue sustituido por San Jorge.
Fuente: Wikipedia
Fotos: Google

martes, 8 de octubre de 2013

HISTORIA: LA FIESTA DE LA HISPANIDAD

Por Eduardo Jiménez Marqués


La Fiesta de la Hispanidad del 12 de Octubre, fue una iniciativa catalana.
Mas o menos la es como sigue: Federico Rahola y el catalanismo en general, vieron en las relaciones comerciales con América la posibilidad de regenerar la sociedad española.
Para ello se fundó en 1911 la Casa de América en Barcelona, desde donde los políticos de la Lliga, organizaron contactos, actos y congresos con la finalidad de incrementar las relaciones con América.
Fue en la Casa de América, el 12 de Octubre de 1911, donde por vez primera se realizo la Fiesta de la Hispanidad.
Esta iniciativa fue recogida por la prensa y muy especialmente por el periodista asturiano José maría Gonzalez, pidiendo se declarase Fiesta nacional.
Conclusión: Gracias a los catalanes el día DOCE de Octubre es la Fiesta de la Hispanidad y Fiesta Nacional de España.

lunes, 7 de octubre de 2013

HISTORIA: Los Mossos d´escuadra fueron Botiflers



Por Javier Barraycoa (1)
 Mi libro recomendado de este escritor. Reproduzco uno de sus apartados, para hacer boca. (Eduardo Jiménez)
Uno de los logros de los nacionalistas durante la transición fue la constitución de la policía autonómica: los Mossos d'Escuadra. Este cuerpo policial pretende ser una continuación de los antiguos Mossos, cuya historia conviene recordar.
El fundador de los Mossos d'Escuadra fue Pedro Antonio Veciana, un felipista no muy destacado pero que consiguió hacer una pequeña fortuna pertrechando al ejército de Felipe V. Con tal de garantizar la seguridad de sus mercaderías, organizó una Escuadra de mozos a modo de mercenarios. Se trataba, por tanto, de una especie de cuerpo de seguridad privado. En 1715, consiguió que la villa de Valls sobreviviera al sitio del Carrasclet, un famoso y mítico bandolero. Este hecho contribuyó a proporcionarle una gran fama y sus servicios empezaron a ser requeridos tanto por ayuntamientos como por comerciantes privados. Los Mossos eran su pequeño ejército particular, que tomó carta de naturaleza gracias a un decreto del 24 de diciembre de 1721, promulgado por el Capitán General de Cataluña.
Los Mossos contribuyeron a la represión del bandolerismo y, sobre todo, de las partidas austracistas que habían quedado dispersas por Cataluña. Con lenguaje nacionalista, deberíamos decir simplemente que los Mossos d'Escuadra eran un «cuerpo de represión del Estado español». En la medida en que fue creciendo este cuerpo militarizado, fue ejerciendo una labor policial sobre un importante número de comarcas catalanas.
Tras la Guerra del Francés, en 1817, el Capitán General de Cataluña, Castaños, aprobó el primer Reglamento de las Escuadras de Cataluña.
De hecho, cuando se creó la Guardia Civil, se tomó como modelo a los Mossos d'Escuadra por su competencia y efectividad. La Benemérita, al principio, no se desplegó en Cataluña, pues los Mossos cumplían su función. Sin embargo, el cuerpo de los Mossos fue suprimido en 1868, y no por un madrileño, sino por un catalán: el General Prim. La excusa fue económica, pues la Guardia Civil era pagada por el Estado y los Mossos por los Ayuntamientos y las Diputaciones, y suponían un sobrecoste. Pero detrás se escondía otro motivo: el carácter monárquico de los Mossos, que los convertían en sospechosos conspiradores monárquicos tras la caída de Isabel II. Durante muchos años, los Mossos se habían vuelto muy impopulares en las grandes ciudades catalanas, dominadas por los republicanos, por su constante enfrentamiento con las milicias liberales.
La supervivencia de los Mossos fue milagrosa y aconteció gracias al carlismo catalán. Durante la Guerra carlista de 1872, el general carlista Francesc Savalls restauró el Somatén y los «Mozos de la Escuadra», como cuerpos encargados de mantener el orden en las zonas carlistas. La primera sección fue formada en Gerona y permitió repeler el bandolerismo y mantener el orden. El Infante Alfonso Carlos de Borbón, que comandaba los ejércitos carlistas en Cataluña, en julio de 1874, decretó definitivamente la constitución del Cuerpo de Escuadras de Cataluña, convocándose mil plazas. A principios de 1875, aparecían los reglamentos definitivos. Acabado el conflicto, será un general liberal y alfonsino, Joaquín Mola Martínez, el que reorganizará el cuerpo de los Mozos al servicio de la monarquía liberal. Si un catalán, Prim, intento liquidar los Mossos, ahora un foráneo les confería carta de naturaleza en el régimen liberal.
(1) Javier Barraycoa, Historias Ocultadas del Nacionalismo Catalán. Editorial Libros Libres (2011)
Imagen: Google, hispanismo.org