lunes, 7 de octubre de 2013

HISTORIA: Los Mossos d´escuadra fueron Botiflers



Por Javier Barraycoa (1)
 Mi libro recomendado de este escritor. Reproduzco uno de sus apartados, para hacer boca. (Eduardo Jiménez)
Uno de los logros de los nacionalistas durante la transición fue la constitución de la policía autonómica: los Mossos d'Escuadra. Este cuerpo policial pretende ser una continuación de los antiguos Mossos, cuya historia conviene recordar.
El fundador de los Mossos d'Escuadra fue Pedro Antonio Veciana, un felipista no muy destacado pero que consiguió hacer una pequeña fortuna pertrechando al ejército de Felipe V. Con tal de garantizar la seguridad de sus mercaderías, organizó una Escuadra de mozos a modo de mercenarios. Se trataba, por tanto, de una especie de cuerpo de seguridad privado. En 1715, consiguió que la villa de Valls sobreviviera al sitio del Carrasclet, un famoso y mítico bandolero. Este hecho contribuyó a proporcionarle una gran fama y sus servicios empezaron a ser requeridos tanto por ayuntamientos como por comerciantes privados. Los Mossos eran su pequeño ejército particular, que tomó carta de naturaleza gracias a un decreto del 24 de diciembre de 1721, promulgado por el Capitán General de Cataluña.
Los Mossos contribuyeron a la represión del bandolerismo y, sobre todo, de las partidas austracistas que habían quedado dispersas por Cataluña. Con lenguaje nacionalista, deberíamos decir simplemente que los Mossos d'Escuadra eran un «cuerpo de represión del Estado español». En la medida en que fue creciendo este cuerpo militarizado, fue ejerciendo una labor policial sobre un importante número de comarcas catalanas.
Tras la Guerra del Francés, en 1817, el Capitán General de Cataluña, Castaños, aprobó el primer Reglamento de las Escuadras de Cataluña.
De hecho, cuando se creó la Guardia Civil, se tomó como modelo a los Mossos d'Escuadra por su competencia y efectividad. La Benemérita, al principio, no se desplegó en Cataluña, pues los Mossos cumplían su función. Sin embargo, el cuerpo de los Mossos fue suprimido en 1868, y no por un madrileño, sino por un catalán: el General Prim. La excusa fue económica, pues la Guardia Civil era pagada por el Estado y los Mossos por los Ayuntamientos y las Diputaciones, y suponían un sobrecoste. Pero detrás se escondía otro motivo: el carácter monárquico de los Mossos, que los convertían en sospechosos conspiradores monárquicos tras la caída de Isabel II. Durante muchos años, los Mossos se habían vuelto muy impopulares en las grandes ciudades catalanas, dominadas por los republicanos, por su constante enfrentamiento con las milicias liberales.
La supervivencia de los Mossos fue milagrosa y aconteció gracias al carlismo catalán. Durante la Guerra carlista de 1872, el general carlista Francesc Savalls restauró el Somatén y los «Mozos de la Escuadra», como cuerpos encargados de mantener el orden en las zonas carlistas. La primera sección fue formada en Gerona y permitió repeler el bandolerismo y mantener el orden. El Infante Alfonso Carlos de Borbón, que comandaba los ejércitos carlistas en Cataluña, en julio de 1874, decretó definitivamente la constitución del Cuerpo de Escuadras de Cataluña, convocándose mil plazas. A principios de 1875, aparecían los reglamentos definitivos. Acabado el conflicto, será un general liberal y alfonsino, Joaquín Mola Martínez, el que reorganizará el cuerpo de los Mozos al servicio de la monarquía liberal. Si un catalán, Prim, intento liquidar los Mossos, ahora un foráneo les confería carta de naturaleza en el régimen liberal.
(1) Javier Barraycoa, Historias Ocultadas del Nacionalismo Catalán. Editorial Libros Libres (2011)
Imagen: Google, hispanismo.org

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